POLÍTICA Y DESARROLLO

REFERENTES MUNDIALES DE LA ESPERANZA  Cuando parecía que no había esperanza, cuando la profecía de Fukuyama parecía cumplirse inevitablemente, cuando los desposeídos del mundo no veían ninguna luz al final del túnel y la utopía estaba muriendo; renace en el mundo una nueva manera de enfrentar al monstruo, una forma de pensar y organizarse, una recreación de la autoayuda colectiva que es hacer política con los de abajo, desde abajo y para los de abajo.  En estos años donde parecía todo oleado y sacramentado por el poder del mercado, instalado como sentido común en todos los ámbitos de la vida y la sociedad, donde todo nos parece normal; incluso las crueles desigualdades que condenan la mas absoluta indigencia a millones de personas en un mundo; en tiempos donde mueren 30 mil personas de hambre cada día, más de la mitad del planeta devastado por la avaricia y la codicia de unos cuantos, los derechos humanos convertidos en estropajos, las constituciones un saludo a la bande

FUJIMORISMO SIN FUJIMORI La reciente “clase magistral” de una congresista se convirtió en viral en las redes sociales e impactó nuestro cerebro con tremenda disertación,   tenía el texto para leer, pero ni eso pudo hacer la vicepresidenta del “honorable Congreso de la República”. En estos días es común la frase; “que estaremos pagando para tener este parlamento”, ¿cómo llegamos hasta aquí?.   Con todo sus defectos y yerros algunos de los parlamentarios que tuvo el Perú antes   los 80s   como Manuel Seoane, Rolando Breña, Jorge del Prado, Luis Alberto Sánchez, Enrique Bernales, Javier Alva Orlandini, Manuel Ulloa entre otras personalidades, de   partidos políticos ideológicamente antagónicos pero con   nivel intelectual admirable que   en encendidos debates   evidenciaban profundidad, sustento jurídico, filosófico   e ideológico; dominaban el arte de argumentar y defender su posición con   pasión y convicción. Después vinieron los fujiapristas y esto es lo que tenemos. Salvo con

EL PAÍS QUE SUEÑA CON EL PRIMER MUNDO.             No es nuevo que nos salgan con la idea que somos un país que va camino al desarrollo, que estamos en la ruta de ser del primer mundo, que en los próximos años ingresaremos a la OCDE y entonces llegará la varita mágica con la que se solucionarán todos nuestros problemas. Nos siguen vendiendo la idea de que seguimos creciendo año tras año. Por ejemplo, en el 2018 crecimos 4 puntos en el PBI   (Gestion, 2018) y en los próximos años será mejor nos dicen, entonces al bicentenario ya habremos al menos alcanzado la categoría de país emergente. Los medios de comunicación al unísono celebran y difunden: estamos en buena ruta, un buen manejo macroeconómico, se necesita paz social, consensos, estabilidad y gobernabilidad, defendamos la democracia; lo que no dicen es que utilizando este lenguaje esconden que   seguimos siendo uno de los países más desiguales del América Latina, es decir uno de los más injustos.( Francisco Durant ) en el libr

AMBULANTES Nadie en su sano juicio puede estar en contra del orden y el buen ornato de una ciudad; pero tras esas dos palabras que suenan bien se esconde realidades que son problemas sociales y económicos. Un ambulante o un pequeño agricultor que vende sus productos en la calle, ¿lo hace por el gusto de vender ahí? no verdad, tras de un ambulante o un vendedor de la calle   hay un marginado, un desempleado/a, un padre de familia, una mujer que es padre y madre, un hermano que apoya a otro hermano, un estudiante que estudia y trabaja, un niño pobre   que busca un pequeño ingreso para sobrevivir en un sistema que lo ha dejado fuera del “mercado laboral”; además en un país donde el desempleo es ostia de cada semana, con una economía informal de más del 60 %, ¿qué alternativa hay?, ¿vender algo en una esquina o delinquir?, porque entonces se persigue y margina tanto a un vendedor de la calle. La pregunta es, ¿a dónde irán los ambulantes si no tienen otra opción?, ¿qué alternativa le